¿Por qué te hiciste ilustrador?
Empecé a ilustrar ya de adulto. Cuando comencé a ilustrar libros en mis primeros treinta años (antes trabajaba en animación creando fondos), me di cuenta rápidamente de que lo mío era contar historias. De chico dibujaba por diversión e inventaba mis propios cómics. Así surgían mundos imaginarios y personajes que juntaba en el papel. Y eso es exactamente lo que sigo haciendo hoy.
¿Cómo es un día de trabajo para ti?
Mi día ideal empieza cuando me levanto temprano y voy a mi estudio. Me gusta escuchar las noticias en la radio primero, pero después pongo música o "podcasts" para inspirarme mientras trabajo en mis proyectos. Sin embargo, la parte más productiva del día para mí es la tarde, porque prefiero hacer los trámites y responder mails lo más temprano posible, así después puedo concentrarme en mi trabajo creativo. Esto hace que muchas veces termine empezando a dibujar recién a la tarde, porque las exigencias del día a día requieren mucha energía, especialmente en el país donde vivo.
¿Hay ilustradores que te hayan influido?
¡Hay muchos! Pintores como Goya, Rembrandt, Sorolla o Turner me impresionaron durante mi formación artística, especialmente por su manejo de la luz y las estaciones del año. Y hoy en día me inspiran grandes caricaturistas e ilustradores como Alberto Breccia y Dave McKean.
¿Cuál fue tu primera ilustración?
Profesionalmente hablando, fue la “ilustración de prueba” que convenció a mi editor de dejarme ilustrar mi primer libro: "Paco del Tomate".
¿Qué te inspira? ¿De dónde vienen las ideas?
Me inspira todo lo que me rodea. Observo todo, aunque no siempre me doy cuenta. Me encantan especialmente las películas y los libros ilustrados. Siempre que leo o escucho una buena historia, siento la necesidad de sentarme a dibujar. Y son esos dibujos los que luego generan mis propias historias.
¿Tienes algún ilustrador favorito?
¡Dave McKean! Su trabajo me inspira profundamente.
¿Hay una historia de sueños que te gustaría ilustrar?
Hay algunos libros que leí cuando era adolescente: "1984" y "El nombre de la rosa". Y también están las historias que yo mismo escribo como autor.
¿Hay alguna ilustración de la que estés particularmente orgulloso?
Es difícil elegir solo una, porque cada obra tiene una razón especial por la que me gusta, aunque en todas ellas haya puesto el mismo amor y dedicación. Pero si tuviera que mostrar una sola, sería la que hice ilustrando una canción: "Querer ver", de Valentín González.
Si no estás dibujando, ¿qué es lo que gusta hacer?
Me encanta leer, mirar películas (últimamente sobre todo clásicos viejos y películas de animación experimental) y jugar al tenis.
¿Qué significa para ti la profesión de ilustrador?
¡Ilustro para contar historias! También disfruto reinterpretando un texto o invitando a una nueva lectura, desafiando al lector a redescubrir el texto a través de las ilustraciones.
¿Qué crees que hace a un buen ilustrador?
Personalmente, quiero generar un diálogo con el espectador de la imagen, un diálogo que conmueva y motive, tal como lo hace el arte en general. Quiero trabajar de manera auténtica y honesta, sin ceder a los gustos de las redes sociales, especialmente en los tiempos actuales, donde los algoritmos y los “me gusta” nos influyen tan fácilmente.
¿A veces simplemente no tienes ganas de dibujar/pintar? ¿Necesitas motivarte entonces? Y si es así, ¿cómo sales? ¿Hay algo así como el bloqueo del escritor al ilustrar? ¿Una especie de bloqueo creativo?
Sucede más seguido de lo que uno desearía, incluso después de años de experiencia. Este bloqueo es parte del trabajo y lidiar con él es parte del proceso. No hay una receta para enfrentarlo. En mi caso, es una cuestión de convicción y perseverancia, creer que dar lo mejor de uno mismo siempre es parte de la solución.