Malin Neumann Ilustradora y cineasta de Hamburgo, Alemania

Hasta donde alcanza mi memoria, el arte y la expresión creativa siempre han formado parte de mi vida. De niña dibujaba mucho y me inventaba historias con mi hermano. Era imaginativa y a veces soñadora, como ahora. Recuerdo bien cómo me pasaba horas en mi habitación escuchando audiolibros y dibujando las historias fantásticas que oía. De alguna forma, sigo haciendo lo mismo hoy en día.

En resumen, no creo que haya habido algo concreto que me llevase al arte, porque en realidad siempre ha estado ahí. Lo que ocurre es que muchas cosas en este mundo nos alejan de ella con el tiempo, y no siempre se la toma en serio como una opción profesional. Tuve mucha suerte de que mis padres me permitieran explorar mi creatividad desde pequeña y aún hoy me apoyan en mi camino.

¡Mi película me llevó a Volterra! Al igual que a muchos otros lugares, ya que, por suerte, se está proyectando en numerosos festivales internacionales de cine, algunos de los cuales he podido visitar en persona.

Gracias a mi máster en la HAW de Hamburgo conocí el programa de Cornelia y ya sabía de varios participantes. Sin embargo, los certámenes se habían celebrado antes de que yo estudiara allí. Cuando finalicé mi máster en verano de 2023 con el cortometraje, mi profesor se lo envió a Cornelia, quien entonces me invitó a Italia.

Mis estancias en Fraggina fueron una experiencia verdaderamente especial. ¡No creo conocer un lugar comparable! “Inspirador” lo describe perfectamente. Por ejemplo, solo el hecho de estar allí me despertó las ganas de probar nuevas técnicas: hay un estudio maravilloso con todo tipo de materiales, ahora incluso un horno para cerámica y, pronto, un estudio de animación propio en Mulinaccio. Durante el máster trabajé sobre todo en digital, ya que para encargos y animación es más práctico. Pero en Fraggina me enamoré del grabado en madera: analógico, laborioso y lento, lo contrario de dibujar en el iPad.

También la convivencia con Cornelia y con las personas invitadas fue muy inspiradora para mí. Conocí a muchos referentes admirables, lo que me dio confianza y valor para seguir un camino creativo menos convencional. Además, en la Toscana se experimenta la naturaleza de manera muy intensa —para mí, que vengo de la ciudad, fue especialmente impactante—. Todo zumba, chirría, se oyen los gecos. Fraggina está en una colina, lo que acentúa aún más la sensación de alejamiento de lo cotidiano. Creo que son precisamente esas impresiones las que me ayudan a centrarme en lo esencial. Hay una claridad muy especial allí, que considero una base estupenda y fundamental para el trabajo creativo.

¡Muchísimo! Me llevé de Italia mis primeras xilografías, mucha inspiración, recuerdos muy vívidos y nuevas amistades. Fraggina me transmite una sensación muy hermosa de coherencia y pertenencia, y me ayuda a ampliar mi perspectiva. En casa, la rutina me alcanza pronto, pero intento recordar de vez en cuando esa sensación.