Karina Echevarría Escritora, editora y profesora de Martínez, Argentina

Estudió literatura infantil y juvenil en Cuenca, España. Hoy trabaja en una editorial de Buenos Aires y da clases en un instituto para futuros profesores. En 2022 participó en el programa Artistas en Residencia de Cornelia.

Hicimos la entrevista con Karina en el 2022.

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¿Cuándo empezaste a escribir?

Empecé a escribir de niña. Tenía un cuaderno de poesía cuando tenía seis o siete años. Me gustaba "jugar" con las palabras, hacerlas decir algo distinto de lo que realmente significaban, hacerlas rimar o hacerlas cantar en una frase. Cuando me hice mayor, decidí que quería hacer algo con todo eso. Quería enseñar lengua y escritura creativa. Pero, al mismo tiempo, no quería dejar de "jugar". Creo que mi cuaderno siempre ha estado acompañándome.

¿Cómo tuviste la oportunidad de participar en el programa de artistas residentes de Cornelia?

Fue una feliz coincidencia. En plena pandemia, en 2020, me encontré con el seminario LIJPE. Era gratuito, estaba en línea y se invitaba a muchos escritores conocidos. Así que decidí apuntarme. En la primera reunión de Zoom a la que asistí, Cornelia y Adolfo Córdova Ortiz me invitaron a crear un texto o una obra de arte relacionados con el libro de Adolfo "El Dragón Blanco y otros personajes olvidados". En aquel momento no había leído el libro, pero decidí participar. Leí su libro y empecé a escribir mi propia historia al respecto. Incluso empecé a soñar con ella.

¿Qué te pareció tu estancia en la granja de Cornelia en Volterra? ¿Encontraste inspiración?

Fraggina es mágica. El lugar, la gente de allí, el paisaje, la naturaleza... todo te inspira, te hace reflexionar, admirar, ser creativo. Por la mañana oyes a los pájaros y realmente crees que te están diciendo algo. Y te sientes invitado a escuchar y aprender. ¿De qué hablan? ¿Qué intenta comunicar la naturaleza? Entonces ves un pequeño escarabajo que lleva consigo un trozo de corteza tres o cuatro veces mayor que él. Y sientes que está haciendo que el mundo entero se mueva, y no puedes pararlo. Es difícil de explicar. Pasé un tiempo perfecto allí y tuve el espacio perfecto para pensar y escribir.

¿Qué te llevaste de todo eso a tu casa a la vuelta?

Me traje una experiencia maravillosa. Y un libro lleno de poemas. Y amigos que están siempre en mi WhatsApp y en mis pensamientos y en mi escritura y lectura. Y una gran conversación con Cornelia sobre la escritura y sobre la vocación. Y paisajes que sin duda aparecerán en mis relatos y poemas. Y un café en un bar de una plaza medieval. Y un paseo nocturno, intentando oír o ver jabalíes. Y una cena, preparada junto con todos los demás invitados, en la que hubo muchas risas y se produjeron errores maravillosos. Y estoy segura de que me traje otras cosas que aún no conozco, pero que aparecerán en mis escritos en algún momento.