Gaëlle Vejlupek Ilustradora de Suiza

Despertar a las 7, hacer un poco de yoga, tomarse una buena taza de té verde, dar un paseo, luego trabajar en silencio ... ¡Eso SERÍA maravilloso! He trabajado mucho en los últimos años, desde muy temprano hasta bien entrada la noche, lo que no se puede mantener a largo plazo. Poco a poco me estoy volviendo más organizada y planifico algo de tiempo libre para mí por las tardes y fines de semana. Algo que he descuidado durante mucho tiempo. Llegué a la conclusión de que establecer límites sorprendentemente brinda más libertad. Pero lleva su tiempo dar con el equilibrio justo.

Creo que fue un trabajo para un teatro de marionetas. Todavía me gusta el folletito informativo que hice, aunque no suelo ser muy amable con mis trabajos anteriores.

De niña era un poco rara, hablaba con los árboles, con los pájaros y hasta con las flores... Desarrollé un sentimiento mágico desde muy pronto, mientras pasaba la mayor parte de mi tiempo libre en el bosque. Tenemos una tendencia a inventar historias para explicar las cosas a nuestro alrededor que no entendemos. El bosque, las montañas y el clima son elementos que me han inspirado a crear personajes e historias.

En mi infancia he leído muchos cuentos populares, libros de una amplia gama de culturas que definieron mi comprensión del mundo. Para mí, un lenguaje metafórico es el más claro, el más comprensible. Mis sueños también son muy vívidos. Son casi como una segunda vida en la que me muevo en la noche. La imaginación en nuestros sueños es ilimitada, y algunos de mis personajes también han surgido de ellos. Presto mucha atención al lenguaje simbólico de mis sueños y a menudo puedes encontrarlos en mis imágenes para traducir mi visión del mundo.

Depende del estadio en el que se encuentre la pintura. Cuando bosquejo, defino, diseño y organizo, tengo que estar completamente concentrada. Tan pronto como termino este primer paso, también puedo escuchar música, pero nada con letra cantada. Luego, cuando coloreo, me gusta escuchar audiolibros o música que se ajuste a lo que pinto. Incluso puedo hacer una llamada telefónica, siempre y cuando escuche y no tenga que comunicar mucho. Pero mis favoritos son los audiolibros largos, en los que puedo sumergirme y que acompañan la pintura hasta el final, lo que a veces significa de 40 a 50 horas. Es divertido, porque a veces veo una imagen terminada meses después y cuando miro ciertas áreas de la imagen recuerdo el estado de ánimo de la historia o de una parte de la historia que escuché.

Para mí, mi estudio es el mejor lugar para trabajar. Está lleno de luz, es muy silencioso y mis vecinos no se quejan cuando uso el secador de pelo o escucho audiolibros en medio de la noche.

Crear una imagen que sirva a un texto es un viaje interesante y es muy diferente de la pintura espontánea. La reunión de dos universos puede ser mágica si los dos encajan bien. Recientemente ilustré dos portadas de libros y lo disfruté mucho. La sensación que estos libros me dieron para expresar el contenido por medio de una imagen en lugar de hablar fue una tarea realmente estimulante.

Aprecio a los ilustradores que crean un universo muy personal, pero que ponen sus talentos al servicio de la historia y no de su dibujo.

Estoy luchando por encontrar el tiempo para hacer todo lo que quiero hacer. Eso significa que la falta de motivación no es mi problema. Sin embargo, tuve que tomar algunos descansos para dibujar y fue muy difícil encontrar el camino de regreso al trabajo. Alguien dijo una vez que la única forma de salir de un bloqueo creativo es dibujarse a sí mismo en él. A mí me ha servido.